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miércoles, 15 de octubre de 2008

La Página 139


Ella era flexible con sus horarios. Se dejaba ver en todos los ratos de mi día.
Me enseñó a pasarla bien. Me enseñó a soñar. Me enseñó a reir. Mi sentido del humor siempre había dado la medida del de cualquiera; pero, yo, tímido e introvertido, no lo demostraba sino muy de vez en cuando: yo solamente sonreía, en presencia de ella yo echaba la cabeza atras, y me reía a carcajadas por primera vez en mi vida.


Ella veía las cosas. Yo no sabía que hubiese tanto que ver.

Ella simepre me estaba pellizcando el brazo y diciéndome, "!Mira!"
Yo miraba a mi alrededor y no veía nada. "¿Dónde?"
Ella me señalaba, "Allí".
Al principio yo seguía sin ver. Ella podía estar señalando a una entrada, a una persona, o al cielo. Pero esa clase de cosas eran tan corrientes para mis ojos, tan ordinarias, que yo las registraba como "nada". Yo andaba en un mungo gris de nadas.

....Me decía al oído que el viejo que se sentaba en la banca del centro comercial tenía su aparato para oír en la mano, y estaba sonriendo, y que tenía puestos saco y corbata como si fuera para alguna parte especial...

......Después de un tiempo, comencé a ver mejor. Cuando me decía, "!Mira!" y yo miraba hacia donde señalaba, lograba ver. Eventualmente se convirtió en una competencia....

Había mas cosas que ella miraba además de estas. Lo que veía lo sentía. Sus ojos iban derecho a su corazón. El viejo de la banca, por ejemplo, la hacía llorar.


* ¿Tú crees que debría estar en la cárcel?
- Yo creo que debes tratar de ser más parecida al resto de nosotros.
* ¿Por qué?
- Porque sí.
* Dime
- Es difícil
* Dilo
- Porque no le gustas a nadie.
* ¿A nadie?

~ Cuando Estrellita llora, no derrama lágrimas sino luz ~

sábado, 4 de octubre de 2008

Abelardo y Eloísa


Así de tierna, así de triste.


No conocían el mar
y se les antojó más triste que en la tele
pajaros de Portugal
sin dirección, ni alpiste, ni papeles

Él le dijo "vámonos"
"¿dónde?" le respondió llorando ella.
Lejos del altar mayor
en el velero pobretón de una botella
despójate el añil redil del alma
de largo con camisa
Devuélveme el mes de abril
Se llamaban Abelardo y Eloísa
arcángeles bastardos de la prisa

Alumbraron el amanecer muertos de frío
Se arroparon con la sensatez del desvarío
tuyo y mío de vuelta al hogar
qué vacío deja la ansiedad
qué vergüenza tendrán sus papás

Sin alas para volar
prófugos del instituto y de la cama
pajaros de Portugal
apenas dos minutos, mala fama
luego la Guardia Civil les decomisó
el sudor y la sonrisa
las postales de Estoril, sin posada,
sin escudos y sin Visa
Se llamaban Abelardo y Eloísa

Bucearon contra el Everest y se ahogaron
nadie les enseñó a merecer el amparo
de la virgen de la soledad
¡qué pequeña es la luz de los faros!

Bucearon contra el Everest y se ahogaron
nadie les enseñó a merecer el amparo
de la virgen de la soledad
¡qué pequeña es la luz de los faros!
de quien sueña con la libertad...



"el mar era mejor en la tele"

viernes, 3 de octubre de 2008

ESTE ES UN POST PARA DIEGO BEHR


Si pudiera explicar todo lo que siento, sería mucho más fácil, pero todos saben que no es así y solo algunos pocos saben que enumero las cosas en mi mente.

Pero yo creo que la amistad es la cosa más linda, siempre y cuando, conoscas a un Diego Behr.
Probablemente Diego morirá por una mezcla de sentimientos al ver que gaste mi tiempo en escribir algo sobre él...Yo nunca he comentado sus posts, no siempre leo su blog, pero voy a su casa a abrazarlo y reirnos.
Antes se cohibía un montón;luego, su cuerpo comenzó a asimilar que podía hacer que llore (como en la kermesse, perdoname de nuevo)...luego jajaj se volvió una costumbre cuando chupaba (año nuevo).

Mis domingos.
Siempre han sido un día divertido, pero cuando fueron MIS DOMINGOS CON DIEGO, recordarlos comenzó a tener sentido... Sentido como cada vez que me coge de los hombros y me mira y dice: "te quiero, caca"

Caca.
Por ti, podría ser un mojon blando y apestoso.

Mojón.
Casi tan olorosos como tus pedos.

Pedos.
Tu mamá odia que te tires pedos.

Mamá.
Te burlas de mi con la mia; me burlo de ti con la tuya. Es mi mami de mentira, es mi amiga y mi oido sexual (como la frase perver de tu mami ajja )

Ayer me dijiste que era de las pocas personas a las que le puedes decir "TE AMO"

Yo se lo digo a muchas personas... y sabes que lo digo en serio...
Pero sabes que leo la carta que me hiciste en mi cumple una vez al mes...que aunque no te vea pregunto por ti, que te llamo para salir, que tus celos caletas son graciosos y me gustan porque asi son los hermanos.

TE AMO, entiendelo de la manera más franca y duradera que puedas.

tu caca =)

jueves, 2 de octubre de 2008

M en mi diccionario Santillana.



- Tenía dos pares de alas membranosas cubiertas por escamas microscópicas y vistosos colores- dijo la marisabidilla.

* Yo creo en unos seres mágicos, unos que se posan en marmitas, tan tristes.

- ¿Tristes?

* Sí, tristes. Viven de recuerdos, con miles de sueños anacrónicos y viles.

- ¿Viles?

* Anacrónicos y viles

- ¿Anacrónicos?

* Mmm...Es un mundo sepia.

- ¿Viles?

* Les dejaron un rojo y amarillo con puntos negros, como todos los coleópteros de forma ovalada.

- ¿Por qué mágicos?

* Nadie vive con tan poco color.

- Los que yo vi, buscaban comerse un puré de pupilas.

* ¿Verdes?

- No, marrones, rojas, negras, azules, verdes...Tan diáfanas como sus corazones.

* Ah, todo se trata de acabar con los corazones, altos, bajos, pero corazones.

- Canciones.

* ¿Canciones?

- Rima con corazones.

* Ah, sí.

- ¿Por qué los sueños se llevaron los colores?

* Porque no podían dormir tan felices.

de fonchi..

Kiara es una buena chica,
Ella parece estar medio loca
Sufre y ríe en exceso,
Vive lo que le toca.

Ella escribe cuentos sórdidos, extraños
Que no son más que prohibidas narraciones,
Que perduraran en mi memoria por años
Como este simple poema, como tristes canciones.

Escucha música muy rara,
¿Quién será ese tal sabina?
Que por la vida va como ella
Que pensando en locuras camina.

Nadie nunca más podrá sofocar su libertad,
Sus ganas de vivir feliz,
Esas que la levantan al caer
Pues aunque nadie lo pueda creer
Ella es toda su verdad.

ni-ni-t.o

Una mañana llena de sol bajó de un árbol una estrella que durante la madrugada se canso de flotar y decidió descansar en las ramas de aquel árbol.
Traía en sus manos una caja de cartón marrón y encima de ésta una manzana que iba comiendo poco a poco.

Miró a su alrededor y solo pudo ver dos árboles. Uno era del que había bajado y el otro tenía un gran hoyo, así que se acercó a ver qué había en él. Se asomó y encontró una ardilla. La ardilla tenía las manos llenas de nueces pero cuando vio la caja que traía en manos la ardilla soltó todas las nueces y le dijo: “¿qué tienes en esa caja?”
Es solo una caja con dos brazos, dos ojos, dos orejas, una boca y un corazón –contestó la estrella
La ardilla se quedo pensando pero a los segundos le dijo: “y qué piensas hacer con ella”
Regalártela, si es que quieres- dijo la estrella
No, gracias-dijo la ardilla- de qué me sirve una caja sin piernas que no podrá trepar árboles para conseguir nueces.
Bueno, no importa. Estoy seguro de que encontraré alguien que necesite esta caja.

La estrella siguió caminando se alejó unos metros de los dos árboles y encontró un largo y viejo tronco en el suelo, se agachó y pudo ver a un conejo.
Hola, ¿te gustaría aceptar esta caja de cartón como un regalo? – preguntó la estrella.
Mmm…pero solo es una caja de cartón marrón con dos brazos, dos ojos, dos oídos y una boca – dijo el conejo.
¡No! También tiene un corazón- exclamó la estrella
Una caja de cartón marrón con un corazón, qué desperdicio –dijo el conejo

La estrella continuo su camino hasta que entre las plantas escucho el rugido de un animal, parecía uno grande así que se oculto detrás de un arbusto.
Era el rugido de un gran león. La estrella usó como escudo la caja de cartón y le suplicó al león que no le haga daño.
No te preocupes, hoy he almorzado: puedes salir de ahí –dijo el león
Gracias. Nunca había tenido miedo, en el cielo no hay peligros. –dijo la estrella
Yo no soy un peligro – afirmó el león
Entonces, ya que no estoy en peligro te propongo algo. Tú te llevas esta caja marrón y yo desaparezco de tu camino para que puedas ir a tu casa a descansar. ¿Qué te parece?- preguntó la estrella
No, no tengo una casa en dónde guardarla. Además no puedes regalar cosas con fallas tan notorias como esta, tu caja no tiene piernas.
Pero tiene un corazón- dijo la estrella
¡Qué inocente eres! Si yo tuviera un corazón, moriría de hambre. Pero hay algo que me gustó de tu plan, sal de mi camino- exclamó el león.

Las fuerzas de la estrella se estaban agotando, así como también su paciencia así que decidió relajarse un poco bajo la sombra del árbol en el que pasó la noche.
A los cinco minutos, una manzana le cayó en la cabeza. Cuando miró hacia arriba vio una pequeña casita; trepó un poco y la pequeña casita era una enorme habitación llena de unicornios, pero a todos estos les faltaba algo: una boca, dos ojos, dos orejas o dos de las patas.

La estrella, muy asustada se acercó al unicornio que tenia la boca y le preguntó qué lugar era ese.
El unicornio solo le dijo: “tienes que ir al bosque, cerca del lago y dar tres vueltas con la caja marrón de cartón en las manos, luego mira hacia el norte”
La estrella, sorprendida, bajó rápidamente del árbol y corrió hasta el bosque, cerca del lago y dio las tres vueltas, luego miró hacia el norte.
Una niña de pelo rojizo apareció en medio de una luz ámbar violeta. Se acercó a la estrella, le dio una pequeña llave y susurrándole al oído le dijo: regresa al árbol de los unicornios, busca al único unicornio al que no le falta nada y junto con él abre esta caja marrón de cartón.

La estrella regreso corriendo, casi exánime por el día tan agotador. Subió y encontró la habitación de los unicornios, se acercó al que tenía la boca y le dijo que buscaba al unicornio que este completo, pero éste siguió su camino: no tenía oídos.
Le era imposible caminar rápido, pues muchos de los unicornios con dos patas estaban tirados en el suelo, casi dormidos u otros se chocaban con ella, pues no tenían ojos y no podían encontrar el camino adecuado.
Siguió caminando y la habitación cada vez se hacía más grande.
La estrella se detuvo y pensó: “no sé que tiene esta caja, solo aparecí un día lejos de casa con ella en mis manos, solo sé que es marrón, que esta hecha de cartón, que tiene dos ojos, dos brazos, dos oídos, una boca y un corazón.
Está mal hecha, como todos los de aquí a todos les falta algo y siempre parece ser lo más importante aunque no lo acepten. Cómo comen sin una boca, cómo ríen sin ella, cómo van a ver por dónde van sin ojos, cómo van a llorar por no poder hacerlo sin ellos, cómo van a escuchar sus pensamientos sin oídos. En el cielo todos tenían lo necesario para vivir felices: dos ojos, dos oídos, una boca, dos brazos y dos piernas”
Luego la imagen de la niña de pelo rojizo retornó a su cabeza y se dio cuenta de que los seres del cielo no tenían algo que la caja sí: el corazón.
Corrió y al final de la habitación encontró al unicornio que tenía cuatro patas, dos ojos, dos oídos, y una boca; juntos, como le ordenó la niña, abrieron la caja.

De pronto, la habitación desapareció y todos se encontraron en un bosque, era el mismo, pues tenía el árbol con el gran hoyo en donde estaba la ardilla solo que menos gorda y compartiendo nueces con más ardillitas. La dio unos pasos y se encontró con todos los unicornios pero esta vez a ninguno le faltaba alguna parte del cuerpo.
Buscó al unicornio con el que abrió la caja y le dijo que ahora entendía porque apareció con una caja marrón en sus manos justo el día que bajó a la tierra: solo necesitaban un corazón- exclamó la estrella.
No seas tonto, mira hacia allá – dijo, señalando al norte, el unicornio.

La estrella vio a el león, al conejo, a las ardillas y a los unicornios juntos y fabricando cientos de corazones y un poco más lejos a dos mariquitas cociendo unas alas.

¿Qué harán con tantos corazones?- preguntó la estrella
Dártelos y también las alas. Mañana por la mañana regresaras volando al cielo con un bolso lleno de corazones y los repartirás por todo el universo- dijo el unicornio.
¿Para qué?- cuestionó la estrella
Para que nunca se apaguen y nuestros ojos tengan algo que ver- le dijo el unicornio.