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lunes, 5 de enero de 2009

dulce condena

- Para siempre.
* ¿Cuánto dura el tiempo?
- No lo sé, para qué contarlo. Se acaba y nunca avisa.
* Y cómo puedes decir que esto será para siempre si no sabes cuánto es siempre.
- Porque lo siento
* ¿Cómo diferencias los sentimientos de los deseos sinceros?
- Porque estoy atento, los sentimientos no tienen ritmo; los deseos, sí. No es tan difícil seguir el ritmo del corazón.
* No entiendo, por qué los deseos si tienen un ritmo.
- Porque así parecen mucho más posibles; como si seguir el ritmo fuese igual a seguir la ruta para volverlos realidad.
* Y los sentimientos...
- No lo sé. No sé nada de ellos.
* Yo deseo que el tiempo pase y pase muy rápido, pero cuando se acabe ya no habrá durado para siempre y todo se volverá una mentira, de nuevo.
- ¿Por qué quieres que pase el tiempo?
* Quiero caminar, saltar, bailar, dormir y soñar contigo. Luego, no sé si todo seguirá igual. No sé si lo que sentimos durará para siempre.
- Deberías olvidarme, dejar de sentirme, así cuando pueda salir no habrás contado el tiempo y lo nuestro habrá durado para siempre. Sin finales; sin mentiras.
* ¿Dejarte aquí?
- El abogado viene cada dos días, no va a ser tan malo.
* ¿Cuánto tiempo?
- Por siempre.